- Un paseo por la indumentaria gaucha, donde cada prenda combina utilidad, arte y simbolismo.
La bombacha ancha que da libertad al jinete y el poncho que sirve de abrigo y manta no son meros atuendos: son evoluciones prácticas y su expresión de arraigo criollo.
Bombachas y chiripá.
Forjadas para resistir cabalgatas prolongadas, las bombachas de tela tupida protegen del roce y dejan libertad de movimiento. El chiripá, con su faldón cruzado, refresca en veranos de sol implacable y, a la vez, es emblema de frescura y practicidad.
Facón, faja y poncho.
En la cintura, la faja sostiene el facón: más que filo, un símbolo de honor que acompaña al gaucho en su día a día. El poncho, tejido con lana de oveja y teñido con tintes naturales, es capa, manta y escudo contra la intemperie. Sus colores y motivos señalan región y familia, convirtiéndolo en auténtico “pasaporte rural”.
Del campo a la pasarela.
Hoy, diseñadores reinterpretan estos clásicos: bombachas slim fit, ponchos de alpaca y facones con mangos de maderas nobles. Esa revitalización urbana de la tradición empuja al gaucho del pasado hacia vitrinas cosmopolitas, demostrando que lo criollo nunca pasa de moda.